3 maneras rápidas de acabar con la mala suerte

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Aprenda cómo acabar con la mala suerte con tres rituales poderosos y fáciles. PeopleImages.com/Getty Images

Alejar la mala suerte es más sencillo de lo que parece y al seguir estos consejos se dará cuenta que no existe motivo para preocuparse.

La prosperidad y buena suerte están a la vuelta de la esquina.

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Cómo acabar con la mala suerte en tres pasos

  1. Acabe con la mala suerte purificándose usted.
    Por 21 días seguidos, empiece el día fregándose sal de mar pura (la consigue en tiendas naturistas o supermercados) mientras se ducha.
    Empiece por los pies, incluya espalda y brazos, y vaya subiendo hasta llegar a la cara (hágalo muy suavemente cuando llegue a su cara).  Espere un minuto y enjuague bien.
    Consiga un cuarzo transparente o blanco, límpielo en agua de sal de mar, y medite con él por 20 minutos pidiéndole que lo proteja de malas energías a todo momento. Una vez programado, úselo todos los días ya sea como pendiente o en su bolsillo.
  2. Acabe con la mala suerte purificando su hogar.
    Los rituales de purificación de hogar son muy importantes. Al menos una vez a la semana, abra ventanas y puertas  deje entrar aire fresco a su hogar. Deje que el aire fluya y la luz natural entre. Mantenga su casa impecable. El polvo y desorden estancan la energía.
    Si está pasando por un mal momento de mala suerte, fíjese en las condiciones de su casa. Bote todo lo roto y viejo sin usar, arregle lo que se pueda arreglar (todo lo dañado estanca la energía), y limpie cada rincón.
    Consiga almendras con cáscara y canela en clavo. Hierva un litro de agua con al menos 21 almendras y 5 clavos de canela. Cuele esta mezcla y agréguela al agua con que limpia los pisos de su casa. Trapee todo el suelo con esta mezcla tan a menudo como quiera. Luego de cada limpieza de su hogar, mezcle un litro de agua destilada con media taza de sal de mar pura. Camine por su casa regando esta mezcla con sus manos de a poco.
    No olvide debajo de los muebles y rincones oscuros. A veces cuando el agua se seca deja la huella de sal de mar, puede limpiarlo luego de unas horas.
    Termine el ritual prendiendo incienso de sándalo y velas blancas. En un plato separado, vuelva a mezclar agua y sal de mar, y colóquelas debajo de su cama, exactamente debajo de donde usted duerme. Si duerme con alguien, emplee dos platos diferentes, uno para cada persona.
  3. Acabe con la mala suerte con visualización.
    Imagine en frente suyo, como proyectado en una pared, a la persona o una representación de la situación que le molesta o que quiere cambiar. Véalos en frente suyo sin ningún poder sobre usted. Si empieza a sentirse molesto o herido, tome un momento, “apague” la proyección, y vuelva a empezar cuando se sienta listo.
    Es importante que no haga este ejercicio si está demasiado emocional.
    Después de concentrarse por un par de minutos en la proyección de lo que le molesta, imagine ahora que una luz de color rosa brota de su chakra del corazón y del tercer ojo. Esta luz intensa, viaja como en forma de láser, de usted a su proyección. Vea a la persona o situación en frente suyo cubierto de esta luz rosa. Visualice la luz rodeando a la persona y entrando por su coronilla, fluyendo dentro de su cuerpo y saliendo por sus manos, pies, ojos, boca, oídos y nariz.
    Si es una situación, vea la luz rodeando dicha escena. Después de uno o dos minutos, vea como la luz rosa empieza a rodea a la persona o situación y a formar un globo del mismo color.
    Vea cada detalle del globo, lleno de luz rosa por dentro, e inflándose cada vez más. Usted sigue llenando el globo de luz rosada desde su frente y pecho, y el globo sigue creciendo. Note como el globo empieza a elevarse poco a poco. A medida que crece, también se eleva más y más. Dentro del globo, siga viendo a la persona o situación cubierta de luz rosa.
    Vea el globo en las alturas del cielo, aún unido a usted por la luz que parece ya un hilo. Ahora imagine que tiene unas tijeras en su bolsillo. Sáquelas y prepárese para cortar el hilo del globo. Eleve sus ojos y vea a la persona o situación flotando en la distancia, adentro del globo.
    Cuando esté listo a dejar ir esa persona o situación por siempre, y mientras todavía le envía esa luz rosa de su frente y pecho que viaja como un hilo hacia el globo, diga, “Gracias por lo que me has enseñado. Te perdono, me perdono. Ya no tienes una misión en mi vida. Te dejo ir para siempre. Te bendigo y me despido. Adios.”
    Cuando termine de decirlo, tome las tijeras y corte el hilo que lo une con el globo. Vea como la luz rosa se queda con usted, y también viaja dentro del globo. Vea como al cortar el hilo que los une, el globo se eleva rápidamente y sigue subiendo hasta que ya no lo puede ver.
    Sepa que la persona o situación está neutralizada dentro del globo y va a seguir su camino sin herirle más. Ya se ha ido de su vida y no volverá. Tenga fe de que así es.